Al encarnar el dolor, escuchar a un sanador y pensar junto con la naturaleza, esta actuación pregunta a los participantes cómo nuestros traumas personales podrían ayudar a crear una sociedad más solidaria.

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El tema se basa en la idea de que las dificultades personales no solo están relacionadas con rupturas individuales, sino que están conectadas a disfunciones más amplias en las estructuras sociales. En este contexto, las terapias alternativas occidentales y los hongos se entrelazan como ejemplos para mostrar que la interconexión entre las personas es sumamente importante en la recuperación del individuo traumatizado. Es un proyecto sobre la tierra, sobre las personas, sobre el arraigo, sobre sentirse conectado en lugar de alienado y sobre vivir en comunidad.

 Mis propias experiencias están plasmadas en un fotolibro que muestra la exploración visual que realicé durante los últimos dos años, que también contiene sesiones de sanación y recetas para diversos males y males. También incluye esporas de hongos para que el libro pueda crecer hasta convertirse en un hongo, lo que representa la importancia de dejar ir las cosas. El proyecto se presentará como una performance que propone un aprendizaje horizontal entre los participantes en el contexto de los Países Bajos.